Si tu idea es hacerte con una bicicleta nueva, la opción más barata es seguramente la compra por internet. Solo en España, en el 2012 el volumen de transacciones online superó los 12.000 millones de euros, cifra que se incrementa constantemente año tras año. Desde hace un tiempo, la venta de productos deportivos (mundillo del ciclismo incluido) se ha sumado a este fenómeno que lideraban (y todavía lideran) los sectores de la moda y la tecnología. Básicamente hay dos modelos principales de negocio: las tiendas online y la venta directa desde el productor al consumidor. La primera opción es la más clásica, con ventajas más que conocidas por los internautas: los mismos productos que puedes encontrar en cualquier tienda física, vendidos a un precio más barato y con disponibilidad más amplia en términos de cantidad y versiones. La segunda va un poco más allá, por concepto y realización. Algunas marcas de bicicletas han apostado por vender únicamente directo al cliente final (sin intermediarios), bicicletas completas o cuadros. Esto le permite evitar los intermediarios (importador, distribuidor/agente, tienda física) que añaden recargos en el precio final del producto. Todo esto a través de una simple web, con la ventaja de poder configurar desde casa tu montura, tal y como harías con tus otras compras online, pero tratando directamente con el productor.
Hasta aquí, las ventajas. Ahora, asumiendo que eres un novato, es recomendable pedir la ayuda de un amigo más experto (como cuando os hablé del mercado de segunda mano) para orientarte entre las diferentes propuestas. Primero por las medidas: es verdad que muchas marcas ofrecen la posibilidad de calcular la talla correcta basándote en tus datos antropométricos, pero claramente no es lo mismo que sentarte en la bici y comprobar cómo se ajusta a tu cuerpo. Segundo, si no conoces las características de cuadro y componentes, es complicado hacerse una idea de su calidad a través de una foto. Tercero, si hay que ajustar algo en los mandos tendrás que apañártelas tú solito, y no siempre es una tarea rápida y sencilla. Por último, es verdad que, una vez que la bici te llegue a casa, podrás devolverla sin costes adicionales si no se ajusta a tus necesidades (pero vaya palo!). Lo malo es que te encontrarás otra vez en el punto de salida, con más dudas todavía L
Y ahora venga, a buscar!